martes, 10 de julio de 2012

A mi Abuelo


Abuelito, ayer te llamó el Señor a tu lado.  Él le regaló al mundo tu presencia por 91 fecundos años.  Sólo queda dar gracias por habernos dejado convivir durante muchos años contigo, en los cuales siempre demostraste conmigo un gran cariño, incluso siendo yo ya un adulto.

Siempre fuiste un hombre de carácter recio, duro, sin debilidades, pero con nosotros tus nietos demostraste gran bondad y cariño.  Cuando eras más joven siempre estabas activo, trabajando aún siendo jubilado.  En la familia circula la historia de cuando eras joven y tenías un gran don de gente, y como poco a poco construiste tu propia carrera con los aprendizajes de la vida, hoy, a más de 50 años, tu historia parece increíble, por la importancia que tú solo lograste.  Naciste en un México diferente, siempre fuiste un hombre culto, conocedor de la historia de nuestro país, amante de la lectura, y los años te otorgaron una gran sabiduría de la vida que sólo ellos entregan a la gente inteligente.

También es proverbial tu honestidad, muy famosa en la familia.  Yo siempre escuchaba azorado las historias de tu vida, y recuerdo bien la historia de la familia, la salida de mi bisabuelo del DF por cuestiones de salud, su establecimiento en la sierra hidalguense, su empleo como agente del ministerio público y su gran honradez incluso en esos tiempos, su pasión por la charrería y de cómo también andabas a caballo en la sierra.  Nos enseñaste a amar a los animales, y muy importante, a no creer en supercherías.  Todavía recuerdo lo bueno que fuiste conmigo cuando yo era niño, a pesar de que eras un hombre muy serio siempre me recibías con una sonrisa.  Para mí, desde que era niño, las palabras “Don” y “señor” se aplicaban por excelencia a ti.

Ayer el Todopoderoso te llamó a su lado, a descansar en el Paraíso, y a volverte a encontrar por fin con mi abuelita, a quien tanto amaste; le damos gracias a Dios por habernos permitido convivir contigo tanto tiempo.  Para terminar, reproduzco un pensamiento de mi hermano DC, que me gustó por lo elegante, sencillo y lo profundo:

“Esta noche será el reencuentro de una pareja en el infinito del cosmos, y esa unión por fin será para toda la eternidad, como siempre fue su voluntad”.