jueves, 5 de abril de 2012

¿Cómo hablaba Jesucristo?


En el Nuevo Testamento y en las películas sobre Jesús siempre vemos hablar al Salvador de una manera peculiar, ya que siempre dice: “en verdad os digo…”, o usa el pronombre “vosotros” con el verbo conjugado para ese pronombre:  “vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando” (Juan, 15, 14).  Al ver las películas más joven, mi madre siempre decía que no creía que Jesús hablara de esa manera, en el sentido de que Jesús hablaba con gente sencilla y era poco creíble que hablara en forma rebuscada.  La verdad, creo que tiene razón, y desde hace años que escuché eso tengo curiosidad.  Hoy, que hablo latín y conozco raíces básicas de griego puedo encontrar la respuesta al enigma.

Para poder emitir un juicio veraz sobre el tema es necesario leer los textos originales en griego koiné o usar una traducción exactísima en cuerpo y en espíritu, aún así nos encontramos con la dificultad de que Jesús (si es que existió) probablemente habló arameo y todas sus enseñanzas las dictó en ése idioma, por lo que no es muy confiable que digamos fiarnos del texto en griego. 

Algo a tomar en cuenta, los evangelios fueron escritos decenios después de la existencia de Cristo y son muy escuetos, y los evangelios del Nuevo Testamento sólo usan dos fuentes, según recuerdo son Juan y Marcos, Mateo y Lucas son versiones alternas de Marcos, por lo que sólo tenemos dos fuentes muy parcas de las enseñanzas de Jesús, y los detalles sobre la vida de Jesús (y de misterios como la Santísima Trinidad) son muy pocos. Existen otros evangelios que ofrecen información, pero no son canónicos, aún así se ha usado su información, por ejemplo, los detalles tradicionales de la Navidad son tomados del Evangelio según Santiago.  Los Evangelios no fueron escritos con el fin de ofrecer una biografía de Jesús, sino con el fin de recordar, perpetuar y difundir su mensaje.

Al parecer, como se afirmó arriba, Jesús habló en arameo.  El arameo es una lengua semítica, emparentado con el hebreo, originalmente el arameo se habló en la región siria de Aram, de ahí su nombre.  Para la época de Jesús estaba muy difundido en Judea y los nativos de esa región hablaban principalmente arameo.  Algunos tenían como lengua nativa el hebreo, ya en declive, aunque seguía siendo la lengua litúrgica, por lo que muchos la aprendían como segunda lengua.  En esa época la “lingua franca” era el griego koiné (Ελληνιστική Κοινή, “lengua griega común” o griego helenístico), expandido en todo el mundo Mediterráneo por las conquistas de Alejandro Magno y por la influencia de la Grecia antigua, era un idioma diferente del griego clásico (el griego ático), algo más similar al griego moderno, en la época de Jesús era la lengua usada en el comercio, en la administración romana y para comunicarse entre gente que hablara idiomas diferentes, algo similar al inglés hoy en día; en griego koiné están escritos la Biblia Septuaginta y el Nuevo Testamento.  El otro idioma hablado en Judea era el latín, llevado a todo el mundo Mediterráneo, y más allá, por los conquistadores romanos, el latín era usado principalmente por los soldados romanos, también era usado por algunos funcionarios romanos, con el tiempo el latín remplazaría al griego como lengua internacional.  Es muy probable que Jesús haya hablado arameo, que hubiera aprendido hebreo y tal vez llegó a aprender griego e incluso latín.

Como arameo y hebreo están emparentados se parecen y algunas palabras son muy similares.  Pero el Evangelio nos da pistas de qué idioma habló el Jesús histórico, en el texto aparecen algunas frases que corresponden al arameo y que fueron transliteradas por los escribas.  La más completa es la que usa al revivir a la hija de Jairo: “Talitha kum!” (niña, ¡levántate!), otras usadas son:  Hosanna (¡oh! señor, ¡sálvanos!), Abba (Padre, hablando a su Padre Celestial), Maranatha (Nuestro Señor ha venido, Maranatha es un saludo usado entre los cristianos y era común como saludo en la Iglesia Católica durante el Medioevo), estando en la Cruz dice “Eli, eli, lama sabachtini” (Mi Dios, mi Dios, ¿por qué me has abandonado?), en el texto a veces se dirigen a Él como Rabbuni (Maestro), forma diferente del hebreo Rabbí, también Jesús dice que no ha venido a cambiar ni una yodh de la Ley.  Es claro pues, que Jesús hablaba arameo (la película “La Pasión de Cristo” de Mel Gibson está toda hablada en el arameo usado en la época de Jesús, mas algunas frases que no se sabía cómo se decían fueron tomadas del arameo más antiguo, la traducción se debe al erudito jesuita William Fulco), pero nuevamente la dificultad es que el texto no es una biografía y está en griego koiné, no en arameo.  El griego es un idioma parecido al latín, pero con diferencias, sobre todo por los aoristos, y no hablo mas que raíces grecolatinas, pero al menos los estudiosos pueden leer los textos escritos por los autores originales.  Lo que procede es tomar una buena traducción, que sea fidedigna del griego, no es tan difícil de encontrar ya que por cuestiones religiosas los traductores buscan la traducción más exacta posible. 

Hay un texto que es una buena traducción, y ha influido en lo que se sabe de Cristo y a otras traducciones, en su tiempo fue el oficial de la Iglesia Católica, es la Vulgata.  La Vulgata es la traducción al latín de toda la Biblia, fue realizada por el monje y erudito San Jerónimo en el siglo IV de nuestra era por encargo del Papa San Dámaso.  San Jerónimo hizo un excelente trabajo, y por instrucciones del Papa fue conservador en su traducción, algo notado por los eruditos bíblicos.  A veces comete errores, según San Cirilo de Alejandría la famosa frase “es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al reino de los cielos”, el texto en griego se refería a kamilos (kamilos) un cable muy grueso que se usa para atracar embarcaciones.  En otros pasajes la Vulgata es muy exacta, tanto en contenido como en forma, como por ejemplo cuando Pilato se lava las manos el texto griego dice: “ το αιμα αυτου εφ ημας και επι τα τεκνα ημων “, el texto en latín de la Vulgata dice: “ Sanguis eius super nos et super filios nostros ” (su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos), muy parecido al texto en griego. 

El objetivo de San Jerónimo era hacer una traducción en latín vulgar, no en latín clásico, para que el pueblo en ése entonces pudiera entenderla, en aquella época el latín era hablado en todo el mundo Mediterráneo; para alguien que haya estudiado latín clásico se le hará fácil entender el texto en latín vulgar de la Vulgata.  La verdad, San Jerónimo cumplió su cometido, en el texto latino del Evangelio según san Mateo el texto usa sólo dos veces la palabra “edere” (comer), y su derivado “comedere” (de donde deriva nuestra palabra “comer”), la palabra del latín clásico para comer; en cambio, usa 11 veces la palabra “manducare” (comer), tanto en el verbo en infinitivo como conjugado, manducare era la palabra del latín vulgar para comer, de ahí deriva el francés “manger” (comer), en los demás Evangelios San Jerónimo fue constante en el uso de la palabra manducare.  Lo mismo para varias palabras mas.  En todo el texto de la Vulgata Jesús habla de “tu” (tú), y el tu declinado, como en “tibi”, y “te”, por lo que se observa que Jesús hablaba de tú, por ejemplo en Mateo, 16:18:  et ego dico tibi quia tu es Petrus et super hanc petram aedificabo ecclesiam meam et portae inferi non praevalebunt adversum eam”, (“y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”, textualmente), cuando es plural, Jesús habla de “vos” (ustedes o vosotros, según se prefiera), Jesús hablaba como las personas sencillas; de hecho, su público era gente sin estudios, por lo que usaba las parábolas para dar a entender su doctrina.  Hay que recalcar que la Vulgata está en latín y es una traducción conservadora del texto en griego, pero nos da una indicación de cómo era el texto en griego, e indirectamente de cómo hablaba cotidianamente Jesús en arameo.

Entonces, cabe la pregunta, ¿por qué en las películas y en las Biblias modernas vemos a Jesús hablar de vos, de usted y de manera anticuada?  Haciendo un poquito de historia gramatical, vemos que la diferencia entre tú y vos no existía en tiempos de Jesús.  Al estudiar latín clásico una de las notas cuando se estudian los pronombres es que el latín clásico no diferenciaba entre “tú” y “usted”, se usaba siempre el pronombre “tu”, y se declinaba el “tu” cuando era pertinente, junto con el verbo en singular:  “tu es”, “tu habes”, “tu audis”, etc., en todos los libros de gramática latina se usa sólo el “tu” ( la nota es más enfática en el libro “Gramática Latina” de Agustín Mateos Muñoz, vendido por cierto, por la Editorial Porrúa a un módico precio), esto era sin distinción honorífica o familiar.  Sin embargo, la Iglesia usa latín vulgar, recuerdo una nota algo chusca que salió en el periódico de mi localidad hace unos 10 o 15 años, sobre un congreso de exorcistas que pretendían reformar el rito y no se ponían de acuerdo si de hablar de “tu” o “lei” a los espíritus exorcizados, es decir, si hablar de tú o de usted.  A partir del siglo IV comenzó a usarse la forma respetuosa de la segunda persona, usando el “vos”, en algo que se llama “plural mayestático”, para denotar respeto o poder, es la razón por la cual los reyes y los Papas al hablar dicen “nosotros”, en lugar de “yo”; ésta diferencia pasó a las lenguas romances:  tú y usted en español, tu y vous en francés, tu y lei/voi en italiano, etc.; para el inglés y el alemán es lo mismo.  También sucede que las Biblias usan un lenguaje anticuado, por eso leemos a Jesús decir “en verdad os digo…”, aunque lo mismo sucede en otros idiomas, en inglés Jesús habla con los arcaicos “thou” y “ye”, a veces los verbos conservan formas ya perdidas al conjugar como en “thou shallst not” (la terminación –st del verbo ha sido dejada de lado en inglés moderno, curiosamente muestra cómo el inglés es una lengua germánica, ya que esa terminación ocurre en alemán para la segunda persona del singular: du liebst), por ejemplo, en Lucas 9:55 Jesús dice:  Ye know not what manner of spirit ye are of” (“Vosotros no sabéis de qué espíritus sois”, o “Ustedes no saben de qué espíritus son”, según se prefiera).  En mi opinión los traductores deberían hacer textos con castellano moderno y según la región en que se vaya a publicar, para no hacerlos ininteligibles a la gente.

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