domingo, 11 de diciembre de 2011

Nican Mopohua.


Todos conocemos la historia de la guadalupana, cómo desde el cielo un hermosa mañana  bajó al Tepeyac.  Según la historia, a mediados de diciembre del año de 1531 la Virgen María se le apareció al indígena Juan Diego Cuauhtlatloatzin (“el águila que habla”) cuando iba de su casa a la Ciudad de México, las apariciones comenzaron la mañana del 9 de diciembre y culminaron el día 12, cuando la Virgen le ordena a Juan Diego recoger unas rosas de Castilla que habían florecido en la cima del monte de Tepeyac, para probar las apariciones.  Juan Diego había estado cumpliendo las órdenes de la Virgen de ir con el obispo de México, Fray Juan de Zumárraga, el primer obispo de México, quien le pidió una prueba de las apariciones.   El día 12 de diciembre la Virgen vuelve a aparecerse a Juan Diego y le ordena tomar unas rosas que crecen en el cerro y llevarlas al obispo, Juan Diego va con el obispo, cumple la orden de la Virgen y de su ayate surgen las flores y la espléndida imagen que hoy vemos en la Basílica de Guadalupe.  Poco después el relato es escrito e ilustrado por un escriba de origen azteca, Antonio Valeriano, quien escribe el relato en idioma náhuatl y lo titula “Nican Mopohua” (“Aquí se cuenta”).  El relato es tomado por los líderes de la Iglesia Católica como un ejemplo notable de evangelización y es usado como modelo por los predicadores católicos.


La tilma de Juan Diego se guarda en la Basílica de Guadalupe en un marco y está fuertemente protegida, a principios del siglo XX un anarquista intentó destruir la imagen con una bomba, pero la imagen milagrosamente sobrevivió el atentado, lo único que resultó dañado fue un crucifijo de metal que quedó notoriamente dañado, el pueblo lo tomó como muestra de Cristo protegiendo la imagen de su madre.

La Virgen de Guadalupe es fuente de inspiración para los mexicanos y para el pueblo en general, incluso las iglesias cristianas no católicas han adoptado su imagen por lo fuertemente arraigada que está en el inconsciente del mexicano.  Las razones de su gran impacto en el pueblo pueden deberse a que en la imagen la Virgen es de tez morena, como la mayoría de la gente; y de que su aparición y las palabras que dice son un alivio para un pueblo recientemente sometido por unos invasores extranjeros que vienen a gobernar en el país en el que antes ellos gobernaban a su manera; las palabras del relato son reconfortantes para la mayoría de la gente:  ¿Kuix amo nikan nika nimonantsin”, en español:  “ ¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?”



La significancia para México era tal que en 1754 el Papa Benedicto XIV la declaró patrona de la Nueva España, el Papa León XIII en 1895 autorizó la coronación pontificia de la Virgen.  El Papa Pío XII la nombró Patrona de América Latina en 1945 y el Papa Juan Pablo II la nombró reina de México y emperatriz de América en el año 2000.

El pueblo mexicano se identifica con la Virgen.  Desde la época colonial la devoción a la Virgen de Guadalupe es muy grande.  Cuando la guerra de independencia Miguel Hidalgo toma la imagen de la Virgen como estandarte y multitudes lo siguen, hay historias de que los realistas cuando capturaban los pendones de los insurgentes fusilaban la imagen de la Virgen de Guadalupe, en represalia los Insurgentes fusilaban la imagen de la Virgen de los Remedios, que era el pendón utilizado por los realistas.  Cuando sucedió la guerra cristera, los cristeros usaban como bandera a la bandera de México con la imagen de la Virgen de Guadalupe en lugar del escudo nacional.

El nombre de Guadalupe es una traducción inexacta del nombre que usó la Virgen.  Según el relato la comunicación entre la Virgen y Juan Diego era en náhuatl, por lo que se han propuesto varias propuestas para el nombre original, uno de los nombres propuestos es Coatlalopeuh , que significa la que aplasta a la serpiente.   El nombre Guadalupe viene de otra Virgen de Guadalupe que ya existía antes en España.

La historia es conmovedora e inspiradora, sin embargo, hay algunas inconsistencias.  El primero y que causa más suspicacia es que el obispo Fray Juan de Zumárraga no haya escrito nada sobre las apariciones, es más, el antes había dicho que en la época moderna (el siglo XVI) “Ya no quiere el Redentor del mundo que se hagan milagros, porque no son menester”, él afirmaba que debido a que ya se había evangelizado el mundo ya no eran necesarios los milagros; si el obispo de Zumárraga había dicho que no eran necesarios los milagros, después de las apariciones habría cambiado de opinión, cosa que no hizo.  Otro hecho que se presta a las conjeturas es que en donde se pedía la construcción de la ermita era un lugar en donde se adoraba a la diosa madre azteca, Coatlicue, es obvio que la ermita fue construida para olvidar el culto a la diosa azteca.  Se han hecho diversos estudios a la imagen, y todos dan como resultado que se trata del siglo XVI, con pigmentos usados en ésa época.  También existen diversos testimonios de que la imagen fue pintada por un pintor de Oaxaca conocido como Marcos de Aquino, de quien se dice que era muy hábil y a menudo es comparado con Da Vinci.  Es sospechoso que existan pocos documentos hablando de la aparición en el mismo siglo XVI, de ésa época hay documentos negando las apariciones, y también causa suspicacia que Antonio Valeriano haya nacido en 1522, entonces él escribió el Nican Mopohua muchos años después, ya que en 1531 sólo tenía 9 años.  Entre los escépticos más notables se encuentra el antiguo obispo de Tamaulipas, Eduardo Sánchez Camacho.  Aunque claro, existen algunos escépticos que son sinvergüenzas, como el ex-abad Schulenburg, que puso en duda la existencia de la Virgen y de las apariciones, pero estuvo viviendo muchos años con lujo de los recursos de la Basílica.

La gente que más ataca las apariciones son la gente de izquierda, pero hacen más bien que mal, según ellos es para quitar al pueblo de falsas esperanzas, los editores de Contenido (revista de derecha) citan a otro escritor diciendo que “la gente depende de la Virgen para que les conceda lo que piden”, pero olvidan algo esas personas:  la gente necesita creer en algo, después de todo, en quién depositaría la gente su devoción y sus esperanzas, ¿en Benito Juárez, en el Che Guevara, o en algún otro favorito de la gente de izquierda?  Eran personas con lados muy oscuros y después de todo, ¿qué sentido tiene vivir sin ninguna esperanza?.  La devoción a la Virgen es innocua.  Había un psiquiatra austriaco llamada Viktor Frankl, de origen judío y sobreviviente de Auschwitz y del Holocausto, él decía que en los campos de concentración nazis la gente que tenía una esperanza sobrevivía, y la gente que no la tenía se rendía y se dejaba morir.  En sus escritos decía que había guardias Nazis decentes, y prisioneros indecentes, sobre todo los prisioneros encargados de mantener el control en los campos de concentración.  El Dr. Frankl sobrevivió duras condiciones en Auschwitz, en sus libros cuenta cómo en una ocasión trabajando en un clima inclemente algo le trajo a la mente su esposa y que en unos momentos cada quien pensaba en su propia esposa, eso hizo que los prisioneros tuvieran esperanza y pudieran soportar la dureza de estar en el campo de concentración.  De esa manera, la fe ayuda a la gente a soportar las condiciones más difíciles, la gente necesita tener esperanza en algo, en tiempos difíciles la fé ayuda a la gente a sobrellevar la situación, aunque es cierto que las soluciones no bajan del cielo.  Es por eso que la veneración a la Virgen es necesaria (y eso que yo soy devoto de San Judas Tadeo desde hace años, cuando estaba en la secundaria, mucho antes de que la devoción a San Judas fuera popular entre ciertos grupos violentos), no hace daño a nadie y da mucha esperanza a los que la necesitan, algo que los escépticos deberían de tomar en cuenta, y como dijo el editor de Contenido, la Virgen hizo ya su milagro más grande:  unir a los mexicanos. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario