Éste año comenzó bien, con pachanga en familia, una larga fiesta y cordialidad. Pero como cada 31 de diciembre se tronaron cohetes, que producen un estallido, y sucede que ése estallido para los perros es amenazador, porque ellos tienen un oído mucho más fino que el nuestro, por lo que todo lo oyen aumentado. Mi perro, un pastor alemán, al verse sólo con cohetes destroza todo lo que vé, si hay gente en la casa, corre buscando meterse, éste año optamos por hacer la fiesta en casa con invitados y al perro lo dejé que durmiera en la sala, claro, después de hacerlo tomar agua y de que orinara (merced a un truco, siempre que sale al jardín uno agarra un juguete para perro, da vueltas y orina, como conozco bien a mi perro eso hice a avanzadas horas de la madrugada), ya en la mañana temprano le abrí para que saliera. Casi todos los perros tienen el mismo temor al tronido de los cohetes, un caso es la Pampa, una hembra de 9 años de pelo blanco que es propiedad de una tía que no vive aquí (y eso es malo para la Pampa, porque como dice el dicho “a ojo del amo engorda el caballo”, las cosas sólo salen bien cuando el amo o interesado está pendiente, aunque mi madre ha estado cuidando a la perrita cuando va a ver a mis abuelos), por lo que la cuidaban mis abuelos, principalmente mi abuela, al partir ella a la casa del Señor y por la avanzada edad del abuelo se hizo cargo de ella mi madre (en realidad desde antes por la salud de mi abuela), la Pampa es una perra muy noble, y de las más sumisas que he visto, tiene algo de sobrepeso porque fue esterilizada (las perras tienden a aumentar de peso al esterilizarlas), y últimamente cojea de una pata trasera, cuando escucha un cohete reacciona con temor; como parte de la familia se reunió en casa de un tío, y nosotros fuimos un rato, la Pampa se quedó sola la noche del 31, por lo que al día siguiente no apareció, seguro se desesperó por el sonido de los cohetes la noche del 31 de diciembre.
Al día siguiente algunos de mis tíos empezaron a buscarla, infructuosamente, a mí me dijeron del suceso, y me enteré así, la tarde del día 1 de enero, por lo que opté a buscarla al día siguiente porque ya se estaba haciendo de noche y la poca luz dificultaría la búsqueda. Mientras la familia posteó en el facebook la foto de la Pampa con un aviso de se busca, para ver si algún conocido la había visto. Al día siguiente salí a buscarla y recibí la pista de que la habían visto en la calle Nico, se me hizo un poco lejos de la casa de mis abuelos para la Pampa, pero pensé que era posible que recorriera esa distancia, así que me encaminé ahí en mi karro en un día frío, gris y con viento, ya que el día anterior había entrado un frente frío, o “norte”, como decimos por acá. Llegué al punto y me puse a buscar en varias calles, tanto a pié como en el carro, preguntando a la gente y todos decían que no la habían visto, sólo un vigilante (al verlo dije, le voy a preguntar, los vigilantes están al tanto de todo) que según la había visto con varios perros como en celo, pero después dije, la perra está esterilizada, no puede estar en celo; lo que me llama la atención es que la gente anda muy desconfiada, en una purificadora de agua en la que pregunté me contestaron sin abrirme la puerta, que estaba cerrada con llave, a través de una ventana. En la búsqueda creí ver un perro similar, por lo que me acerqué caminando, pero no era ella. A la hora de comer decidí continuar después la búsqueda, pero le pedí con todo el corazón a mi abuela a que nos ayudara a encontrar a la perrita. En el camino me paré en la veterinaria de la esquina de la casa de mis abuelos, donde siempre la atendían y se acordaron de ella, ¡ah, Pampita, la perrita de la señora A.!, dijo la encargada, sí le respondí, y ella me dijo, que mal que se haya perdido, si la encontramos les avisamos por teléfono; acto seguido me detuve en una gasolinería que está a una cuadra de la casa de mis abuelos a preguntar (había pensado, si estaban los que trabajaron esa noche y pasó la perrita por ahí seguro la vieron porque hay poca gente en la calle), pero los dependientes que atendían acababan de entrar a trabajar y no les había tocado el turno del 31 en la noche.
Al comer todos en familia escuché que todos la habíamos estado buscando por separado en diversos lugares, sin verla, pero mi madre dijo que le había preguntado al velador de la construcción al lado de la casa de mi abuela, quien se había pasado esa noche con su hijo en la construcción. Él dijo que había visto a la perrita que se salió asustada por los cohetes, se había detenido tras escapar, pero salió huyendo porque un niño tronó un cohete y salió a correr, dijo que había agarrado saliendo de la casa de mi abuelo a la izquierda. Al oír eso razoné que la perrita seguro se había ido rumbo a la calle Rosa, al rumbo contrario donde me habían dicho que la habían visto, y también pensé que no podía haber caminado mucho por su sobrepeso, por su edad y porque estaba lastimada de una patita, según me dijo uno de mis hermanos, también pensé que debía estar con otros perros (a los perros por lo general les encanta la compañía, sea de humanos o de otros perros, es raro ver a un perro que no le guste estar acompañado), y debía estar cerca de donde hubiera comida, como en las cercanías de un bote de basura o de una carnicería que hay en ese rumbo. Todo eso le dije a mi familia, mi madre dijo, vamos a elaborar un plan de “inteligencia perril”, llegamos a una conclusión de por dónde estaría y fuimos a buscar, pero no encontramos nada. Mis primos y tíos también estuvieron buscándola, pero no la encontraron; sin embargo, al día siguiente un primo también la estuvo buscando y preguntó en un puesto de comida a las afueras de un hospital donde la vieron deambular, después pasaron mi mamá y mi hermano y preguntaron en un puesto de chicharrones a las afueras de ése hospital y dijeron que vieron a la Pampa deambular con otros perros, el hospital está ubicado en la calle Rosa.
Por la tarde me puse a buscar en google los teléfonos de la perrera municipal, y encontré unas declaraciones del director estatal de salud o no sé que rayos, que decía que buscaban abatir el número de perros callejeros agresivos. Según sé un perro callejero no es agresivo porque está acostumbrado a tratar con gente y otros perros, sólo muestran agresividad al verse amenazados, o si es una hembra con cachorros y uno se acerca mucho imprudentemente, o si uno se acerca a un perro callejero comiendo (después de todo, es razonable que un perro al que no le dan de comer defienda fieramente su alimento al encontrarlo). Y buscando en google si es cierto lo que dijo el funcionario estatal llegué a un artículo sobre perros callejeros, que aparte de decir que se trata de perros que fueron tristemente abandonados por sus amos, decía que los perritos abandonados se enfrentan a un shock porque se quedan solos, sin su amo y lo peor, son perros que están acostumbrados a que se les den de comer, y al verse en la calle se ven obligados a buscar su propio alimento, por lo que comen basura, sin contar que se llenan de parásitos y sarna, por lo que al leer eso resolví buscarla como fuera. Encontré por casualidad en yahoo respuestas unos teléfonos supuestamente de la perrera municipal de la ciudad, pero al marcar el primer teléfono una mujer me dijo que era la COEPRIS o algo así, al marcar el segundo teléfono me contestó una mujer algo altanera diciendo que era la COEPRIS o algo así, el significado de las siglas y qué hacían, me enojé por el trato, pero no le dije nada porque mi objetivo era encontrar a la Pampa. Mi madre marcó al 040 y pidió el teléfono de la perrera, lo obtuvo y al marcar le dijeron que sólo recogen perros que han mordido gente, pero que le pasarían a un funcionario, quien dijo que sólo tenían un perro y no habían ido a recoger ninguno otro en varios días, por lo que para mi alivio no estaba ahí, porque a los perros que no los reclaman los ponen a dormir.
En eso estábamos cuando recibimos una llamada diciendo que habían visto a la perra en la misma calle Rosa a las afueras de la guardería del seguro social, caminando en dirección contraria al IMSS, por lo que mi madre y yo salimos en friega, hasta dejé mi celular y rápidamente llegamos al lugar, me bajé mientras mi madre maniobraba su camioneta, pregunté en un puesto de tacos (esa gente como trabaja ahí en la calle se percata de todo) y dijeron que no la habían visto, pero que si era la del anuncio que estaba pegado al lado, lo ví y era un anuncio pegado por mis tíos, nos íbamos dando la vuelta para volver a buscar cuando vimos a una señora con la Pampa, era la suegra de mi tía, la propietaria de la Pampa, ¡la había encontrado en el estacionamiento de trabajadores del IMSS y la traía con un cable del 12 a manera de correa! Estábamos felices de verla por fin, saludamos a la señora y subí a la Pampa a la camioneta, batallé un poco, pero ella primero subió a la camioneta sus patas delanteras, y luego la cargué para subirla en el asiento trasero, y yo me subí con ella para tranquilizarla, mi madre manejó de regreso a la casa de mis abuelos y en el trayecto yo la iba acariciando para tranquilizarla, después de todo había pasado la Pampa 2 días y medio fuera de casa, vagando por la calle sin gente conocida, sin comida ni agua seguras y la perrita estaba asustada, llegamos a la casa de mis abuelos, nos paramos, me bajé y abrí la puerta para bajar a la Pampa, que estaba echada y no se quería mover, de hecho se había aferrado a la camioneta por lo asustada que estaba y se había puesto tiesa para evitar ser movida; mi perro hace lo mismo cuando hurga en la basura de la cocina y encuentra algo de su interés, se pone tieso para evitar que lo muevan; para bajarla tuve que esforzarme para cargarla, por lo pesada que es.
Se bajó la Pampa y entró de nuevo a casa de mis abuelos, luego luego empezó a mover la cola de la felicidad, se puso a explorar y marcar el jardín nuevamente, como en el trayecto habían pasado 10 minutos ya le podía dar agua sin riesgo de torsión gástrica (un volvulus o torsión gástrica sucede cuando al perro se le da agua o comida después de hacer ejercicio, sobre todo intenso, es una condición muy dolorosa para el perro y si no se trata rápidamente con el veterinario es mortal, según pasa porque el estómago gira, es más propicia en razas grandes y aumentan las posibilidades con el sobrepeso y la edad avanzada, para evitarla conviene esperar más de 10 minutos después del ejercicio físico, con mi perro me espero unos 10 minutos después de pasearlo para darle agua y las comidas se le dan 1 hora antes y después del ejercicio por paseo o por juego). Una tía se nos había emparejado porque también recibió la llamada y se puso a abrazarla y hacer mucho ruido, pero la prioridad era darle agua para rehidratarla por los días que llevaba fuera de casa, así que fui por su recipiente de agua, se la cambié y le dí agua fresca, que la perra luego se puso a beber. Cuando la ví caminar observé que la Pampa cojeaba de una de sus patas traseras, tal y como me había dicho uno de mis hermanos. Acto seguido, me puse a inspeccionar las bardas de la casa de mi abuelo para evitar que se fugara otra vez, de dos lados es piedra, por lo que es casi imposible que se fugara, pero el tercero es una especia de mallacorla sin afianzar en tierra, y encontramos un agujero, puse un block de construcción en el lugar y el albañil de al lado puso dos de su lado, y como el agujero está en un pasillo puse una mesa tapando el acceso al lugar.
Después llegó mi padre y luego de él varios vecinos, quienes también se habían preocupado por la Pampa y estaban felices de verla, mi padre tomó fotos y reparó que la reja de enfrente no había sido bien cerrada, algunos tíos estuvieron que vivían fuera estuvieron quedándose ahí y para evitar riesgos de fuga de la perrita entre él y yo cerramos bien la reja (fue un poco difícil porque un lado estaba vencido y la ranura donde encaja en el piso estaba lleno de tierra, por lo que lo limpié con una llave).
Estando alguien tronó un cohete, la perra salió corriendo hacia atrás y le dí unas palmaditas para tranquilizarla, después de eso mi madre le dio de comer. Ya para irnos nos estábamos dando la vuelta cuando mi madre vió que la faltaban los lentes, por lo que se paró para buscarlos dentro de la casa, en eso volvieron a tronar otro cohete y la perrita se asustó y volvió a salir corriendo nerviosamente, aunque sin abandonar la casa de mi abuelo, por lo que me bajé de la camioneta para tranquilizarla y la acaricié, eso hizo que la perrita se calmara. Ya tranquila y con todo cerrado nos fuimos entonces.
Y lo bueno es que todo terminó bien para la Pampita, yo sé lo que se siente que tu perro se pierda por unos instantes, hace años mi perro se salió de la casa, había llegado un tipo del fierro viejo y se detuvo frente a la casa a hurgar en los botes de basura, mi perro se alebrestó al ver al caballo y logró abrir con tanto brinco la puerta que separa la cochera con el jardín, por lo que se salió y nos percatamos que no estaba minutos después, salimos a buscarlo y afortunadamente lo encontramos en la esquina, desde entonces a esa puerta le ponemos candado. Afortunadamente él y la Pampa pudieron volver a casa, pero muchos perritos no lo logran y se quedan viviendo miserablemente en la calle, desgraciadamente hay muchos amos irresponsables.
La Pampita en su casa. |
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